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 Todos sabemos (o así debería ser) que todas las decisiones tomadas por los políticos están influenciadas por los intereses de las grandes multinacionales. Las leyes que se impulsan cada año ponen en juego mucho dinero, y las empresas afectadas ejercerán su presión para salir favorecidas.

En la serie vemos este juego de títeres en la relación establecida entre SanCorp y Frank. Remy Danton, secretario de prensa de SANCORP y antiguo director de comunicación de Frank, le causará más de un quebradero de cabeza a este al defender a su empresa.

En cierto modo, SANCORP pretende comprar la lealtad de Frank, con acciones como la construcción de una biblioteca con su nombre en Glendon Hill, donde Frank se formó de joven. No obstante, esta lealtad no frenará a nuestro protagonista a la hora de perseguir sus metas. Cuando decide presentar a Russo como candidato para senador de Pensilvania, le elabora un plan para limpiar las aguas del estado y crear así puestos de trabajo. Este plan correrá a cargo de Clean Water, la empresa de la esposa de Frank, Claire.  SANCORP, como empresa de gas, se ve perjudicada ante tal programa, y mueve fichas para conseguir anularla.

Así, aludiendo a esa lealtad existente entre la empresa y Frank, Remy intentará primero persuadirle para que retire el programa “por las buenas”. Fallido esta vía, Remy aprovechará los sutiles rencores existentes en el matrimonio Underwood para hacer fracasar la iniciativa de Frank. Encontrará así una aliada puntual en Claire para que los intereses de la empresa no se vean afectados, consiguiendo finalmente frenar en seco el elaborado plan de Underwood para Russo al “convencer” a dos congresistas para votar en contra, cuando Frank había dado por supuesto el sí de ambos.

No obstante la relación entre multinacionales y políticos es una relación de bidireccionalidad, sustentada en gran parte por los “favores” mutuos. En la carrera hacia la vicepresidencia de Frank al final de la primera temporada aparece el escollo de Raymond Tusk, el favorito del presidente para el cargo y un obstáculo que Frank tendrá que superar.

Realmente, Tusk no quiere el cargo, su función es determinar si Frank es apto o no para la vicepresidencia y comunicárselo así al presidente. A cambio de asegurarle el puesto, Tusk le pedirá a Frank un favor aún desconocido, un cheque en blanco, algo que este denegará

En vez de esto, Frank intentará intimidar a Tusk atacando su fortuna, distribuida mayoritariamente en la industria de la energía nuclear, competencia de SANCORP. Así pues, tanto la empresa como Frank tienen un enemigo en el caso de que Tusk vetase a Frank y fuese elegido vicepresidente. El Sr Underwood tratará de convencer a los dirigentes de SANCORP para llevar a cabo una agresiva campaña de desprestigio contra los socios de Tusk, que haría peligrar su imagen en la vicepresidencia. No obstante Tusk resuelve esta jugada adquiriendo gran parte de las acciones de SANCORP.



Vemos reflejado en la serie esta relación tan interesada que se establece entre las grandes corporaciones y la vida política. Uno de los casos más exagerados de esta influencia bien podría ser el de Rupert Murdoch, que se atribuyó a sí mismo la elección de Tony Blair como primer ministro. Derecha o izquierda, conservadores o progresistas, las grandes multinacionales no entienden de bandos cuando el dinero está en juego, y apoyarán a aquellos que más convengan a sus intereses. Los políticos ya se ven atados a los lobbys desde sus campañas electorales, imposibles sin la financiación de estos.

Así pues, las decisiones que toman los gobiernos vienen en la mayoría de los casos de mucho más arriba, de unos rostros que no votamos, y que para colmo no solemos conocer. 

1 comentarios :

Anónimo dijo...

excelente análisis de la realidad a partir de la serie

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